#papelesdemisbolsillos Una de Leyendas…


Kingston es una ciudad histórica de Ontario, Canadá, donde el lago desemboca en el río San Lorenzo y donde empiezan las Mil islas.

En las Islas Feroe existe una leyenda preciosa sobre una mujer foca: la leyenda de Kópakonan.

Cuentan que las focas no son más que personas que pasan su vida en las aguas marinas envueltas en sus pieles.

Una vez al año, en la víspera del día de «Kingston” éstas se reúnen en una cueva, se desprenden de sus pieles y vuelven a ser humanos durante unas horas hasta que amanece.

Pero como el ser humano es curioso por naturaleza, hete aquí que un joven de los alrededores decidió comprobar si eso era cierto y escondido para no ser descubierto, espió y observó cómo estos seres se quitaban su piel y la escondían. El muchacho se fijó en una de las mujeres foca, la más bella, que le prendó. Enamorado, decidió esconder su piel, así al llegar el alba ella no podría irse.

Al amanecer, llegaba la hora de volver a las aguas del océano, todas las mujeres focas se calzaron sus pieles menos nuestra protagonista. La mujer descubrió al muchacho y al ir a interpelarle por su mala acción, éste salió despavorido. Así a ella no le quedó más remedio que esperar que el chico le devolviera lo que era suyo y poder sumergirse en las frías aguas marinas. Pero el tiempo pasaba…tanto que decidieron casarse.

Ella confiada y esperanzada, seguía y seguía esperando encontrar algún día la piel de foca, pero lo que ella no sabía es que su marido la había escondido en un cofre bajo llave que llevaba consigo en un cinturón ceñido al talle.

Pescador como era, salía a faenar, pero la mala suerte hizo que un día la llave no colgara del cinto: se le había olvidado sujetarla a la hebilla como siempre hacía.

Regresó asustado a su casa donde, ¡ay sorpresa! la mujer había encontrado al fin su piel de foca.

Caminó hasta el océano feliz por regresar a su mundo, se sumergió y envuelta en las olas marinas, desapareció.

Nunca regresó.

Cuantan que los hombres del pueblo, alentados por el marido abandonado y llevados por el rencor y la venganza decidieron matar a todas las focas que encontrasen la noche de la vispera de la festividad de Kingston.

Así lo hicieron y desde entonces una maldición les azotó: todos los hombres morirían en el mar, bien faenando, engullidos por una tormenta o simplemente despeñados por los acantilados.

Desde entonces la maldición perdura y nunca más se volvió a ver mujeres focas por la zona. (Leido por ahi)

A veces la curiosidad excesiva nos arrastra a la codicia y a la perdición, cuando no sabemos encauzarla.

Amén

Acerca de yo solita

Libre expresión. Hay tres tipos de personas: los que saben contar y los que no.

Publicado el febrero 27, 2021 en #imagine, #uncachodecultura, anonymous, cuentos, de mitos leyendas legendarios del rock y otras yerbas, Festividades, imagenes, literatura, por el mundo, reflexiones, relatos, te cuento cosas, Uncategorized y etiquetado en , , , , , , , . Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.

Salu t y gracias